viernes, 8 de abril de 2016

cipreses



Si no existiera
repentinamente acaso todo aquello que me importa
como síntoma adherido al pegamento de tus ojos
y la sed de cerveza que me inunda a veces,
graciosa sería también la tormenta
que juega con los hijos chicos de los truenos
que encienden la noche como hacer el sol nunca pudo
que desafían desde su imperio místico al universo


los cogollos nunca olieron como hoy en ningún reino
allá donde abundan los cipreses quise estar
y sonreirme con las ninfas de los bosques
de cipreses, porque hay bosques de cipreses...

atrapa mi ola que soy de ondas bailarinas
sigue el ritmo de mis elementos
gravita en la fogata de la bestia
enciende tu éter con mi fuego
enloquece de alma suelta juerga demente
que cada onomatopeya de la risa es una nota
que rota el planeta como si fuera tu cuerpo
manipulado por mi música en tus pasos lentos
y sin tus giros mi pulso no escribiría versos
que se acoplan a cada ritmo a cada vuelta
del paraguas que se vuela con el viento
que sopla tu pelo como sauce que besa
la tierra que habita y que penetra de raíces
como si de eso
se tratara
la vida eterna.

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