viernes, 18 de mayo de 2018
Muchos de los dogmas que persigue el ser humano tienen que ver con acciones antinaturales. Razón es de que las personas vivan en un estado de inquietud, donde perciben que la vida que viven nada tiene que ver con lo que ellos quisieran ser, sin siquiera acercarse a sus reales deseos, puesto que no han aprendido a ser según su naturaleza humana, naturaleza que mantendría al ser humano en su natural estado de felicidad hedonista.
Lo segundo es la disque conciencia que separa nuestro cuerpo arquitecto de las demás especies en estado silvestre. Sometidos a un sistema lingüístico y susceptibilidad al aprendizaje hemos sido estúpidamente amaestrados para ser funcionales al genocidio y financistas de la muerte planetaria.
La antinatural tradición católica acaba en los intestinos de niños violados por demonios en nombre de Dios.
La Empresa de Conquista española y el descubrimiento de quien sería luego nombrada América, resume al ladrón, violador y asesino en Conquistador, y convierte la conquista de una mujer en femicidio.
El histórico asesinato en nombre de Dios, la imposición a punta de verga y sicarios de una única historia que someta a la humanidad al experimento de matarlo todo nos tiene humanamente insanos ingiriendo nada más que veneno la vida entera y trabajando la vida entera para vivir hasta la muerte enfermos.
Quien permite la vida en este planeta más allá de toda creencia es nuestro sol, quien junto a otras deidades como el aire y el agua permiten básicamente la existencia de todo.
Siempre fui animista desde que aprendí tal término. No le encuentro a la vida sentido si todo lo que la humanidad hace lleva al planeta entero a la muerte. El sometimiento en que la maldad ha sumido a la humanidad está llegando a su término y si no llevamos a cabo de inmediato esta revolución Eco-biológica, donde nuestras acciones cotidianas significan permitir la coexistencia de todas las formas de vida, será el planeta quien como perro con pulgas rascará de su piel a las personas más humildes.
Debemos descontaminarnos, sanarnos, amarnos. Nuestro objetivo inmediato como humanidad debe exclusivamente ser la desintoxicación y descontaminación. Tomar decisiones comunitarias sobre el uso de los recursos y producción de alimentos, dejar de consumir veneno, obtener calidad del agua, de la tierra, del aire y del fuego.
Soy imagen y semejanza de la creación y mi responsabilidad en la vida es ser bien y feliz, provocar bienestar y felicidad, y ser eterno, como el sol.
Soy y estoy comprometido con la creación cósmica, protejo las formas de vida que permiten que yo viva, utilizo mis capacidades para ensalzar mi conciencia hasta armonizar con la vida, enraizar, respirar, amar únicamente, eternamente. Como hombre adoro la mujer, quien como la luna al sol le complementa y enamora, amo mi naturaleza de hombre en tanto la mujer existe, amo mi naturaleza humana en tanto humanos. Insisto en mi hommo sappiens mientras rehago el vínculo con la pachamama, desecho de mí todo lo que no tiene importancia con vivir feliz.
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Hay que utilizar tecnología apta. Liberar la información, liberar la tecnología. Debemos modificar la arquitectura, intervenirla a conciencia, eliminar semáforos, eliminar autos, liberar las calles para bicicletas, patines, patinetas y formas de transporte autosustentadas, debemos crear proyectos con la producción local, llenar Chile de herramientas de cobre y reciclar el plástico, dejar de comprar, comer y cagar basura, necesitamos esa conciencia de fabricar cosas eternas, escoger bien nuestros maestros, rehacer las escuelas, educarnos de naturaleza.
Ay, mi corazón.
Descontaminarnos.
Hacer agricultura.
Comer exquisito.
Beber.
Respirar.
Amar.
Lo único que desaparece es uno mismo.
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