viernes, 6 de junio de 2008

Como al perro, en ese preciso instante, también se me partió el corazón. La mirada del perro, por la cresta, eso es un gran fragmento.


" Smiley poseia tambien un bulldog cachorro, que, cuando se le miraba, se pensaba que no servía nada más que para andar de aqui para allá, con su talante insignificante, o para estar al acecho y robar lo que se le presentare. Pero en cuanto se le apostaba dinero cambiaba diametralmente,
estiraba la mandíbula, descubría los dientes, que resplandecíansalvajemente cual ascuas. Otro perro podía enfrentársele, atormentarlo, morderlo, voltearlo dos o tres veces, y Andrew Jackson -así se llamaba el cachorro- al parecer se hallaba contento y no esperaba otra cosa; las apuestas se doblaban y volvían a doblar una y otra vez a favor del contrario hasta que llegaban a su límite. De súbito Andrew Jackson agarraba al otro perro justamente en la coyuntura de la pata trasera
y no se desprendía -no mordía, fíjese en esto- ; solo le clavaba los dientes y se quedaba prendido hasta que el adversario tiraba la esponja, aunque fuere al cabo de un año.
Smiley siempre salía ganador con ese perro, hasta que éste se enfrentó en una ocasión con uno que no tenía patas traseras, porque las había perdido en una sierra circular.
Cuando las apuestas llegaron al límite y llegó el momento de enfrentarse, el bulldog en un minuto comprendió que lo habían engañado, por decirlo así, y que el otro perro lo tenía vencido; apareció entonces sorprendido y ya no trató de ganar la pelea, perdiéndola finalmente. Dirigió una mirada a Smiley como diciendole que se le partía el corazón y que era culpa suya por ponerle un perro sin patas traseras, ya que en eso basaba su treta para ganar las peleas; luego rengueó un poco, se tendió, y dejó de existir".

Del libro "el robo del elefante blanco - Mark Twain" el cual comencé a leer desde el segundo título: "La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras" al que pertenece el fragmento, puesto que una vez terminé de leer "mama rosa" y cerré el libro apenas me senté en la micro y dije en voz alta "que asco", agarré el libro antiquo y sin tapa y noté que faltaban (y faltan aún) las primeras 32 páginas. Así que el primer cuento, el del elefante, no está.

fue rico eso de cerrar un libro que me cargó y abrir una que me hace reir en la micro. Aliviante.

1 comentario:

Perséfone dijo...

Para hablar de ese tipo de amor, no hay que hacer solamente la referencia a lo "mamón", pOr qué referirse al amor de esa forma, si se puede hacer del amor algo destructivo y nada formal.
ahora bien.
también he leido a van der meersch, leí cuerpos y almas y me pareció un libro genial.
MUY BUENO!

ADIÓS.-