¡...! Hermosos, tú y de los que hablaste, hermosos todos. Son el origen de mis masturbaciones, cada palabra obscena que enuncian me para la verga, cada onomatopeya que enuncian, cada formulación lingüística que pronuncian es mi éxtasis. A cada instante que existen mantienen mi sexualidad encendida a mil y debo alejarme para no caer en sus manos -tentación pura, tentación-. Criminales de sí mismos, mi intelecto se aproxima a sus fronteras que se expanden por el cosmos, son los falos homosexuales de mi heterosexualidad, son la zorra incandescente que quiero penetrar, son la perfección in situ de la mierda inmaculada creada por el gran y magnífico concha de su madre Dios!, son el instante que entusiasma mi prosa violenta, son el origen de mis letras seres mal paridos, mi éxtasis, son mi más puro éxtasis. Me rasguño el cuerpo pensándolos, me latigo pensándolos, me flagelo, amores míos, desde los cuartuchos eclesiásticos les miro rezar y me masturbo en su sapiencia. Perfecta tropa de creadores geniales, acuden a mí cuando se pierden los hijos de puta y se largan cuando lo solucionan, cuando ya no requieren los servicios del puto hombre raro, y yo a cada uno les he partido el culo y ni se han percatado, cojonudos, cojonudas. Somos nuestra infamia y su viceversa. Soy tu viceversa.