domingo, 3 de abril de 2011

Fui a una peña anoche, cuando dejé la guitarra en el lugar que nos dieron para ello, vi en un cuartucho lleno de "basura", la pequeña màquina empolvada de pintura, cal y polvo. Inmediatamente la quise y pregunté a algunas personas. Llegué a quien dijo que sí que podía llevàrmela por una mínima suma, la verdad es que tenía apariencia de basura, pero mi ojo es diferente, por eso la mínima suma. Había dos màquinas ademàs de esta, una más grande, eléctrica y una màs grande aún, Olympia, un modelo en que escribí en algunas ocasiones, en una empresa en la que hice un reemplazo tres veces. En ratos libres de labores escribía en la máquina. Por placer y por pasar el tiempo que me quedaba por cumplir.
La gracia de esta Olympia es que la tipografía es maravillosamente linda.

Pero no podíamos llevarla en la moto, así que ni siquiera lo consideré. Aunque si está aún cuando regrese al lugar o cuando me comunique con alguien del sitio, pues consigo como comprarla, por muy poco dinero, la verdad es que el lugar lo están convirtiendo en otra cosa y muchas de las pertenencias del lugar las venden en ferias, como baratijas.
Nadie miró la máquina como útil, pero so sé cuando algo funciona.

Luego canté con Roberto y Andrés, luego capturé algunas imágenes y fui a la cocina, en donde estaba la mujer que me dijo que me llevara la máquina por X dinero; y les tomé algunas fotos, ademàs de decirles que se las enviaría.
Le dije si me llevaba la màquina y dijo "llévesela no màs". Le dije que me arreglara papas fritas para llevar. Dejé la máquina junto a mis cosas, fui a pagar mil pesos por las papas fritas, tomé fotos a quienes estaban en ese lugar; recibí el "vale por papa frita" y regresé a recoger mis papas.
Dejé la bolsa junto a mis cosas, salí a despedirme y volví a recoger mis cosas para irme con Roberto a casa, o sea, él vino a dejarme porque luego él viajaría a la costa con su hijo en la moto por el "repentino" cumpleaños en la playa del hermano de su pareja Jimena.
Me habría quedado en la peña, porque había rico ambiente pero, luego volver solo con guitarra, mochila, papas fritas y màquina de escribir en transporte público no està en mi ánimo. Y cada vez que tocamos, ando en la moto con Roberto, es mejor así. Nos llevamos bien y viajamos cómodos.

La máquina es un modelo plástico. Mi lettera 22 es metálica y verde, es de una estética arqueada, redondeada, con las teclas elevadas y hay que presionarlas mucho para que pegue la letra en la cinta y marque el papel.
Esta Olivetti Venezia, tiene escrito Olivetti como toda olivetti, pero venezia con letra estilizada, estiliza lo "veneciano".
Su carcasa es blanca y la tapa de las teclas, la tapa que se retira para acomodar y poner la cinta, es negra. El contraste entre tipografías del nombre de la máquina y B/W provoca elegancia en la màquina, sobriedad. Es rectilínea; por mucho que sus vértices sean redondeados, es una màquina cuadrada y sus teclas se mantienen dentro de los límites de su carcasa.
Los metales, reglas y perillas, salvo la recta para la sangría, son negros. Olivetti 22 es plateada, plateada, verde completa en su carcasa y teclas negras. Una tecla roja fenomenal.
En Olivetti Venezia todo es Blanco y negro, es una màquina de puro contraste.

Mi segunda màquina, una Olivetti 82, es un intermedio en tamaño entre una Olympia estándar y una màquina portátil. Es rústica, poco estilizada, muy pesada, soporta formatos de papel apaisados, es la diferencia con las portátiles, que soportan formatos estándar verticales.
82 es verde, un verde opaco, con teclas negras y una tecla roja que no destaca como en 22. Sus colores son, verde, negro en sus teclas, gris y plateado en el resto de su cuerpo.

Viendo las tres màquinas cualquiera puede hacerse la idea de la versatilidad de Olivetti, y lejos se evidencia que de las tres, Lettera 22 es la que supera en estética y elegancia, por sobre sus compañeras y mochas otras máquinas de esta y otras marcas.
Si bien, la densidad de las teclas, el peso que debe ejercer el cuerpo para escribir en cada una de ellas es diferente, y claramente podrá ser mejor usar una que otra en contextos particulares, las tres máquinas poseen la misma tipografía, con lo que las tres son perfectamente compatibles, dependiendo del formato y estilo en que se quiera trabajar.

Un último detalle de mi última adquisición es que no tiene el botón de la letra S, por lo que debo crear alguna pieza que funcione como la tecla que no està.

Amo las typewriter.

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