La mayoría de las mujeres podrían ser hermosas en una fotografía; pero como me toca conversar con mujeres antes de fotografiarlas, entiendo que no merecen una foto, ni ellas merecen hablar o ser fotografiadas por mí cuando me importa un carajo una mina tonta.
Me ha pasado con gente que escribe, que recita; que son tan malos leyendo que no ameritan ser escuchados, que son tan boludos en la vida que no ameritan ser leídos. En la vida y lo que se decide hacer en la vida ameritan consecuencia.
Me considero consecuente, un ejemplo práctico y burdo es: Estudio comunicación y soy excesivamente comunicativo; la mayoría de las personas me detestan, pero no me importa, porque no tengo relación con quienes me detestan (es como no conocerse, no hay relación), y hay otros que estando cerca me detestan, pero me importa un carajo y se los digo en la cara. Entonces soy muy sociable pero antisocial por decisión de la mayoría y poco entendido por usar de manera óptima el idioma con sus obvias lógicas, que la gente no gusta de usar y difícilmente entiende. Entonces ese deseo extremo que las personas tienen por usar el idioma como si fuera una porquería que no amerita ser bonita, me destroza vuestra apariencia de potencial poético y me deja el deseo de deciros: vayaos de regreso a las conchas de sus madres, a ver si nacen de nuevo con más humanidad, pues la que practican es más bien vuestra propia mierda producto de mala alimentación.
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una más, que para el cosmos es tan pequeña