Cristiano, si Dios te conociera no necesitarías gritar.
Digo absolutamente no a la contaminación acústica insolente que procrean aquellos que hablan infamias del transeúnte y que insultan al transeúnte con ese ruido que es lo más parecido al infierno que conozco. ¿Por qué es Santiago expulsan a los músicos ambulantes y a cualquier creativo y no a éstas gentes sin creatividad o gracia alguna? (Sí, suelen hablar en lenguas inventadas, pero, no es poético).
A mí me molesta el sentido estético tanto el cartel del político como el religioso pagano que se cree tan pulento como para acusar al resto, y más allá de la política misma que ambos implican en sus discursos, detesto su anomalía antiestética: la carencia absoluta de religiosidad que ambos poseen. La religión existe, absolutamente sí: sin iglesias, sin cualquiera que diga que existe, sin Dios mencionado o por mencionar. Es la vida misma (como lo es todo), y desde que la comprendo, sólo veo que la destruyen.
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