Necesitas llegar a un absoluto
momento de crisis, la que sea,
para poder crear.
Mi caso es que en lo dramático, tanto cinematográfico y teatral, fluye como sólo el flujo sabe hacerlo, mientras que si éste o cualquier otro implica lo poético y al hablante lírico; la conexión que la pieza necesita se hace de una complejidad a veces inabordable.
El escribir Traslapo, película que ni siquiera sé si realizaré, por implicar elementos biográficos, me tomó dos meses hasta tener una primera versión. Viví la crisis mientras la escribía para hacerla real. A veces lloro escribiendo, es cuando más lo hago. Lo más cercano a morir en vida es escribir en primera persona una muerte.
El escribir "El W cree en superhéroes" o "Sin título pero porno", fue cosa de días. El primero en dos días, en ambos capítulos, y el segundo, por pausa de algunos días, fue terminado en dos semanas -con cuatro años escribiendo guiones se le agrega un toque de ritmo a la escritura-.
Es importante cuando el Narrador se convierte en un hablante lírico en actitud carmínica: cuando he experimentado ello, me he sentido en cierta magia que ningún género me dio, sino sólo en el momento en que los géneros se unen y destruyen, siendo poética pura; y la única manera de vivir eso es 'que ocurra' y sólo se puede identificar cuando el cuerpo te deja entender que lo estás viviendo.
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