lunes, 23 de abril de 2012





Discurso del autor.


El Ciclo, Dios, la Vida.

La naturaleza, en cual fuera su manera, que desconozco, de crear todo lo que existe, fuera Dios o consecuencias cosmológicas, ha encontrado maneras de hacer que todo sea perfecto y bello. La fealdad sólo existe en el hombre, también la destrucción. Por eso es que el ser humano en su naturaleza desea destruir a los demás hombres y apropiarse de los bienes de la naturaleza, poniéndoles precio, mientras que la naturaleza, en tu estado destructivo, sólo hecha abajo lo mal construido por el hombre. Un hombre en medio de un campo sin intervención humana, jamás moriría con un terremoto; pero si un hombre fabricó mal el hogar de otros humanos, ellos morirán, por el interés maligno del humano que construyó mal esas casas. La naturaleza es, como pueden notar, sublime, mientras que el hombre sólo puede lograr lo sublime cuando logra combinarse con la naturaleza. En general, el hombre destruye al hombre y mira por sí y jamás por la especie, como cualquier otra especie animal jamás haría.
El hombre, con intereses que desconozco y no poseo, quiere dominar, subordinar al menor precio posible y en casos destruye vidas, simplemente acusando al mercado de las consecuencias.
Yo no quiero ese mundo y deseo en lo profundo de mi poder creativo que aquello desaparezca.




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