Discurso del autor.
El Ciclo, Dios, la Vida.
La naturaleza, en cual fuera su manera, que
desconozco, de crear todo lo que existe, fuera Dios o consecuencias
cosmológicas, ha encontrado maneras de hacer que todo sea perfecto y bello. La fealdad sólo existe en el hombre, también la destrucción. Por eso es que el ser
humano en su naturaleza desea destruir a los demás hombres y apropiarse de los
bienes de la naturaleza, poniéndoles precio, mientras que la naturaleza, en tu
estado destructivo, sólo hecha abajo lo mal construido por el hombre. Un hombre
en medio de un campo sin intervención humana, jamás moriría con un terremoto;
pero si un hombre fabricó mal el hogar de otros humanos, ellos morirán, por el interés maligno del humano que construyó mal esas casas. La naturaleza es, como
pueden notar, sublime, mientras que el hombre sólo puede lograr lo sublime
cuando logra combinarse con la naturaleza. En general, el hombre destruye al
hombre y mira por sí y jamás por la especie, como cualquier otra especie animal
jamás haría.
El hombre, con intereses que desconozco y no
poseo, quiere dominar, subordinar al menor precio posible y en casos destruye
vidas, simplemente acusando al mercado de las consecuencias.
Yo no quiero ese mundo y deseo en lo profundo
de mi poder creativo que aquello desaparezca.
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