Amo mi ser, mi cuerpo y mente,
jamás le daría más importancia a uno de ellos,
porque cuando se excede en uno se pudre el otro y,
¿qué cuerpo contendría la mente o qué mente enderezaría al cuerpo?
Amo comer bien, putamente bien y sano, comer papas fritas como loco una semana sin pausa si se me antoja (preparadas por mí) para luego quemar todo el exceso con ejercicio y jugos de frutas y verduras crudas y vino pipeño y follando.
Amo ser atlético y flexible, porque si no lo fuera el sexo que otorgo sería aburrido,
adoro las mujeres atléticas, sanas y bien alimentadas,
danzantes que puedan hacer el amor danzando, actuando, gritando, declamando,
pateando con uno de sus pies en mi boca y el otro tras su nuca,
porque así el sexo es aún más divertido
porque así me gusta;
y mi imaginación, doblada y paseando entre los vellos de su cuerpo iría creando síntomas religiosos
que pondrían todo más caliente
que facultarían mi intelecto de palabras fantásticamente bien articuladas que
completarían mi fuera con mi dentro,
imaginar palabras que el cuerpo evoca
mover la cadera que la mente ordena
todo tanto dentro tanto como fuera
amarse tanto como para ser amado
follar bien para ser bien follado
sin pensar jamás
en que el dentro y el fuera están separados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario