En la bastardez chilensis (pues sí, los chilenos son inalienablemente, históricamente bastardos) sólo cabe en mente que las imágenes prohibidas son las tetas de algunas tetas con mujer, que de pronto salieron de paseo en el espacio privado, y que alguien filtró hacia el espacio público.
Dignísimo bastardo de la porquería humana hispánica es todo aquel que niega/malversa/oculta la historia. Eso sí que destruye las sociedades, pues no permite generar pensamiento crítico y menos aún constructivo para el futuro.
Escribir, hablar de ODIO, es la infamia del infame que piensa que el ODIO es el punto, la coma, la solución o alguna mierda relevante en la vida.
La justicia nada tiene que ver con el odio. Definitivamente quien desea ocultar la verdad a sus hijos y a su país, es alguien que ODIA a sus hijos y ODIA su país. Aquel humano debiera sentirse avergonzado y rectificar o suicidarse para dejar de cagarnos la vida a todos.
El odio es inútil e innecesario, y sí, destruye. Y teniendo claro que el odio ideológico fue enorme antes y durante la época dictatorial, provocando la muerte de nuestros artistas e intelectuales, hermanos de sangre y de corazón, es relevante que lo prohibido deje de serlo.
Lo mínimo que esto me provoca es náuseas.
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una más, que para el cosmos es tan pequeña