Érase una tarde de parque en que Maná atestaba la entrada en panfletos, posters, gorros. cintillos y chuchería de la más variada especie.
Yo fluía con Paz y Alfie hasta que llegó Dante y le aplicamos a la mota. Los ojos rojos expresan nuestro empoderamiento vital y qué carajo, nos reímos.
Bacile, vacile, wacile.
Alfie y Paz se pierden, Alfie tiene de esos amigos de parque que únicamente ve en ese parque y se pasea entre cientos de personas compartiendo con todos.
Con Dante vamos a otro sector del parque con un pito en la mano. Miro el paisaje y encuentro el lugar adecado donde conseguir fuego -porque Alfie siempre se queda con el fuego-, un círculo de mujeres.
Señoritas, ¿me convidan lumbre? Y las veo encendiendo cigarrillos. Me dan el fuego mientras piden que les cante, yo enciendo el pito mientras piden que cante y Dante se suma a la petición hasta convencerme.
Bajo a tierra entonces y Dante se sienta a mi lado. Sacan sus teléfonos así que no pude mirar a nadie a los ojos. Es imposible mirar a alguien a los ojos cuando delante de ellos tienen su teléfono inteligente.
Les gustó el canto -mi historia entre tus dedos- y luego charlamos. Cuando mis ojos se adaptan a la luz logro diferenciar un par de chicas lindas frente a mí y no al otro lado, ya que los círculos no tienen lados.
Le susurro algo a Dante y una de las mujeres, muy atenta, pide saber lo que he dicho. Les digo otra cosa mientras se ponen más coquetas todavía e insisten, ¿qué le dijiste? porque fue corto y nos dijiste algo largo.
¿Quiénes son estas señoritas? -consulto por lo interesante-
Ella es hija mía y ella es hija de mi vecina, somos todas vecinas, responde una de las mujeres.
Todas vecinas que vienen a ver a Maná, les digo, que bonito.
Tenía sed, cantar da sed y la chica linda me da su cerveza.
Yapo, ¿qué le dijiste? insiste la mujer
Qué son muy lindas nuestras suegras, anuncié sonriente y hubo una risa extraña de estas mujeres coquetas, mientras que las chicas se reían en serio.
Ay, si yo sabía que te gusté desde que llegaste -respondió Vale-, y nos reímos hasta ruborizarnos.
Ya, hay que irse, dijo alguna y se pusieron de pie apuradas -quizás se sintieron muy suegras todas-
Tomémonos una foto dijo Vale y Constanza le cuchicheó algo que me dejó saber que había pololos, Vale evadió el tema con un gesto preciso y preparó el teléfono. La patota entera entró en la imagen.
Serían sus madres quienes las apuraban y apuraban para que se fueran, pero se tomaron el tiempo para hacer un par de fotos de los cuatro muy sonrientes, fotos que aún no veo.
Miré las fotos de Vale y vi una declaración de amor a su novio, así que dejé de mirar sus fotos.
Vale me habló también de la canción y del vídeo, pero tampoco lo he visto.
Le dije que hiciéramos alguna cosa y habría sido el viernes, pero habían cambiado su entrenamiento, así que nos veríaamos el lunes, pero estaba cansada y no nos encontramos.
Parecía que repentinamente no tenía novio y podía hacer lo que quisiera, me dijo que tenía tiempo.
Hace un par de días bien fumados con Dante me dice que irá con Vale al cine el viernes y yo no hice comentarios. Dante le chateaba mientras estaba conmigo y hablaban del mal noviazgo de ella.
Yo no me meto en esos diálogos ni quiero hablar con nadie de sus novios o parejas a menos que sea amigos de ambos, me pasaba con Gabriel y Mónica, que me veía con ambos y ambos me hablaban de ambos y yo gozaba y gozo con ambos. Prefiero reírnos sin entrar en la parte deprimente de la historia, pues las personas suelen hablar cosas deprimentes de sus parejas y yo no estoy ni ahí con eso. El placer puro y sencillo es más elegante.
El miércoles pasado tuvimos una sesión con gato y Dante quedó molido
al día siguiente entrené tricking con Dante y quedé molido.
Nos la pasamos así, moliéndonos el cuerpo, quemando y riendo, comiendo harto y rico.
Hay que comer rico.
Salud, queridos.
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