Aunque el dolor se aproxime
no llegue el regalo ni es beso deseado,
se nos agriete el temperamento obstuso en la punta de los dedos
se rompa la piel y el pelo se caiga,
ramas golpeando la frente y personas mordiendo tus pies:
respirando la ausencia puta de algo placentero,
la crisis del enfisema del árbol de pascua
y ser una tapa de bebida gringa al borde de la solera.
Pendemos de gastar la vida creando retoricismos:
¡hacer algo! porque vimos algo
¡Hacer algo! porque estamos tristes
¡Hacer algo! la evasión, la maldita evasión a los silencios,
a la soledad, cliché mal parido, vanguardia obsoleta.
Ante tal acontecimiento
parálisis mundial ante un obeso envuelto en ollín que trae regalos
como casas o autos, esos afortunados,
bicicletas o un serrucho,
la navidad antepasada mi abuela me obsequió un serrucho
y fue hermoso.
Ante tal bobería:
ver parejas de la mano y llorar por no tenerla,
ver familias amontonadas y llorar por no tenerla,
ver algo que no alcanzas por naturaleza:
tu naturaleza no te permite tener aquello tan básico.
Es que no sé que hacer si me accidento el pie
y al sacarme el zapato roto también se ve mi calcetín roto.
Tan solo nos quede una certeza:
seguir escribiendo.
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