La voluntaria destrucción de quien destruye, ante todo por querer destruir lo que destruye, ante todo porque ignora qué es lo construido, me aterra.
La destrucción de lo precioso me hace cagar el cuerpo entero,
me fractura la estética vital.
Ese rechazo que dice quererte, ¿qué mierda es, quererte y no tomarte?
Estoy tan harto de que siempre ocurra lo mismo de tan distintas maneras.
Es que no me interesa no querer, darme de a pedazos, ¡qué basura de personas hacen eso!
Qué porquería de ser es aquél que no vive entero, que no vive entero, que no vive entero.
Por qué diantres las personas temen tanto a que les quieran, a ser queridas, a querer, cuando es lo que más piden: ser queridos y querer.
Es que no me interesa ser un exponente más de la mediocridad del hombre.
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