Los imbéciles me detestan.
Machitos me persiguen, ¿machitos?
Me escriben mensajes imbéciles.
No firman los mensajes: ser imbécil implica ser cobarde.
En la cobardía se descubre al imbécil.
Me asquean los cobardes, los imbéciles y los que no firman,
cuando cruzan delante de mí,
me provocan náuseas. El imbécil sin nombre.
El patetismo me repele.
Si no hay firma, nadie lo escribió, por ende, no hay escrito.
No hay hombre evocando palabras,
simplemente no hay hombre.
No hay hombre.
Si no hay firma, no es importante, si no hay firma, no hay hombre, si no es hombre, es imbécil, y como el imbécil no comunica, el imbécil no existe.
Es maravilloso cómo lo imbécil desaparece.
Des apareciste.
Haré carrera de mago haciendo desaparecer imbéciles
o "matando flaites", diría Hugo, diría F, diría A.
- - - -
Es que es sencillo, escatolálico tipo de conceptos al tope,
si la cabeza no te da para firmar,
si no te da para argumentar algo, y sólo tienes una pica imbécil, imbécil,
no me escribas imbecilidades sin importancia.
Sólo quien se para frente a mí, existe y tiene mi respeto.
Un huevón que sólo insulta, no sé a qué categoría humana corresponda;
no me interesa esa área sociológica, pero supongo que imbécil basta.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario