miércoles, 16 de julio de 2014

Creanza

Le escribí a su madre, pero ella se negó a dialogar conmigo. Ahora le habla de mí a las personas que le rodean, me busca en Internet, habla mal de mí y dice que soy psicópata.

¿Cómo se llamaría lo que hace ella? ¿Psicopatía? No para mí. La curiosidad es algo natural. La humanidad ha tildado de malas las acciones naturales. La humanidad acata terriblemente las decisiones de sus antepasados, en vez de crear verdades nuevas. En vez de inventar las propias en el amor del hogar, de la calle, del paisaje.

Yo pienso que todas las personas hacen lo que hacen de buena fe, con amor, con deseos de bienestar, yo deseo que sea así, no quiero que las personas hagan lo que hacen con maldad. Yo pienso que no se hace maldad voluntariamente, yo pienso que las personas son buenas, pero ignoran lo malas que pueden llegar a ser mientras piensan que hacen el bien.
Suelo ser insultado por no pensar mal ni defenderme, se suele pensar mal de mí porque eso es lo que saben hacer esas personas: pensar mal.
Las personas deciden pensar mal de los demás y de eso están llenos sus corazones.

¿Por qué piensas que soy peor que tú? ¿Por qué piensas mal de mí? Y yo quiero ser tu amigo, yo quiero comprendernos. ¿Por qué piensas mal de tu hija? ¿Piensas mal de ti misma o sólo de todos los demás?

Entonces el mundo está lleno de maldad, yo pienso que el mundo es más chévere que lo que piensas. Entonces todos son malos menos tú, y yo pienso que eres buena, pero no la mejor, y ¿por qué? Porque yo he confiado en ti y tú sólo piensas mal de mí.

Las personas se preocupan y no se ocupan, evitan la maldad exterior llenando su propia casa de violencia.

Los padres y madres podrían decirme que no soy padre, que no tengo idea, y sí, tienen razón, la suya propia, cegada a la condición de que si no eres lo que ellos son eres peor.
Soy hijo y por eso sé lo que sé, sé que sería un padre genial y que mis hijos serían felices.
Sé lo que es ser hijo, sé lo que es la violencia intrafamiliar, sé lo que es que tu madre no se sienta orgullosa de ti, lo sé.
Los padres son el enemigo primero que fuerza al suicidio o a forjar el carácter necesario para vencerles, cuando podrían ser simplemente padres, orgullosos de que la mitad de sí crezca feliz, orgullosos y aferrados con confianza al poder creador de su herencia. En cambio prefieren ser el enemigo de su propia sangre, celosos y perezosos de observar con atención la posibilidad de logro de su cría.

Piensan mal hasta el carajo, piensan mal y mal, en cada oportunidad que tienen piensan mal de cualquier ser que no sea sí mismo,
y cuando no les queda de quien pensar mal, piensan mal de ellos mismos en su miserable soledad que ellos mismos han creado.

Yo quise que mi madre -porque mi padre dejó de serlo cuando dejó de serlo-, se sintiera orgullosa de mí y confiara sin dudar en que mis decisiones serían las correctas. Harto de su agresión hice lo que quise y luego ella lo vio, hecho, concluído y sonrió.

¿Para qué se procrea? Padre, madre, ¿para qué tuvo crías? ¿Para que ante cada deseo que su mitad genética tuviera usted pudiera decirle "No, hasta que tengas 18 años" y luego le deteste por no entender que el animal es libre, que el ser es libre, que cuando el deseo existe el ser está listo para cumplir su deseo? ¿Tuvo usted su cría para encerrarle en un concepto de ley antinatural?
¿Logra usted, padre, madre, hijo, hija, bastardo, ser humano, comprender que la existencia y deseos de los demás no deben ser sometidos a su condición sino aceptados, apoyados, que la vida es eso, experimentar hasta la muerte y que la muerte es inevitable?
¿Le salva del choque su acción, le salva del cataclismo, de la jaqueca, le salva de que el frío exista, le quita maldad al mundo el que usted piensa mal del mundo?

Si mi hijo quisiera trepar un árbol, no se lo negaría para que no se accidentara.
Si mi hijo quisiera trepar un árbol yo le dejaría trepar el árbol y estaría abajo atento por si se cae y atraparlo.
Si mi hijo quisiera trepar un árbol y mi hijo ya supiera trepar un árbol yo treparía el árbol con él.

Yo le enseñaría a mi hijo a plantar un árbol y luego a treparlo.

Crear vida se trata de hacerse cargo de ella y acompañarle en su deseo vital.
Crear vida y negarle vivir es matarle de a poco. Es un aborto extendido mientras tu creatura crece y se desarrolla, es no tener el coraje para aceptar que somos todos distintos, es no tener el mínimo amor propio requerido para ser madre o padre, es el ansia imbécil de necesitar enemigos, es pensar que el mundo es peor de lo que es,
a fin de cuentas lo único que haces es matar todo lo que te rodea
y de paso suicidarte delante de todos los que te aman.

Ser padres es ser hijos también.
No tenga crías si no las desea
y si las tuvo, apóyelas porque son suyas
apóyelas porque son puro cosmos.

Y siendo el mundo tan hermoso
usted prefiere pensar que es feo.
Permítannos sonreír.

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