domingo, 13 de marzo de 2011

La vi tan pelirroja como cuando decía que mi habitación era estimulante.
La vi con una guagua en brazos y quedé impactado.
Ella era a mi lado sí y sólo sí una mujer estimulada.
Absolutamente estimulada.

Impactado.
Como una pelota de tenis golpeada por una raqueta de tenis,
ella tiene apellido de marca de raqueta de tenis,
impactado.

Se fue a su casa en Puerto Varas en aquella ocasión
a reflexionar el que además yo estuviera en su vida esos días.
Decidió alejarse de mí porque se estaba enganchando
decidió no quererme.
Una vez más tuve pena, aunque desde entonces he tenido más penas.

La recordé un rato poco cuando estuve en Puerto Varas,
poco más de dos semanas atrás.

Tengo una raqueta de madera muy antigua
de esas que usaba en una época el Pato Cornejo
mencionó alguien, no sé quién cuando me vio con ella alguna vez;
marca Dunlop
a mi izquierda, a un metro de mí, en una caja llena de papeles
dibujos de ejercicios de Arquitectura
de la misma época en que me besaba con ella.

1 comentario:

Alice dijo...

No me escondo, sólo me duermo.